Yo crecí junto al Bosque de los Remedios, un área natural protegida en Naucalpan. Jugaba con mi papá a imaginar qué animales estarían corriendo bajo las copas de los árboles y se veían desde mi ventana las aves de presa volando. Día con día desde entonces vi como el verde cedía ante el gris, como los asentamientos iban robándole espacio, escuchaba los sonidos de las motosierras y olía a quemado sin saber qué estaba pasando (ahora sé que eran incendios provocados). Sentía una profunda tristeza, enojo y miedo, sin entender bien la razón, pero sobre todo sentía impotencia de que a nadie parecía importarle o que ni siquiera parecía que pudiera haber alguna solución.

Desde entonces fui comprendiendo que la simple existencia del hombre genera un impacto en el ecosistema (incluida la mía propia), fui leyendo, fui investigando y conociendo más, fui preparándome y haciéndome consciente poco a poco de la gravedad de la situación (no solo en el Bosque de los Remedios sino en el mundo entero) y la necesidad de tomar acción urgente, y así comencé mi activismo y a realizar cambios en mi vida diaria. Conocí la «eco-ansiendad» que a la fecha me arrebata el sueño algunas madrugadas.

Quienes me conocen saben que no puedo estar más de 30 minutos sin platicar con quien sea de AJUVES, una organización de la que formo parte desde su constitución en el 2017 y que he aportado a construir ladrillo a ladrillo, pero que me lo ha devuelto con creces. En AJUVES yo he encontrado no solo una comunidad de personas maravillosas que comparten mis intereses, mis pasiones y hasta mis miedos; sino una plataforma de impacto para mi activismo ambiental, en donde acciones que de hacerlas solo no hubieran llegado muy lejos, de repente ya estaban resonando en la Cámara de Senadores, en la Suprema Corte o en el Pico del Águila, en el Ajusco.

Los espacios que ahora nos fueron asignados para asistir a la COP son el resultado del esfuerzo de muchas personas; aquellas que han desarrollado proyectos en la asociación, escrito un artículo o redactado una publicación en redes, quienes van a las reforestaciones, a las limpiezas de ríos, quienes se arriesgan en una manifestación, aquellas que han confiado y aportado a la asociación de cualquier forma. Acudir a la COP representando a AJUVES implica una enorme responsabilidad que asumo con todo el gusto y el compromiso del que soy capaz.

No es sino el inicio de un camino que nos necesita más que nunca.